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Investigadores del instituto de investigaciones amazónicas, Sinchi, aseguran que el desarrollo sostenible evitaría la deforestación de 3.5 millones de hectáreas a 2040 en la región de la Amazonia, amenazada por la industria extractiva y la ganadería extensiva.

 

BOGOTÁ.- Con un modelo de desarrollo sostenible, que apunta principalmente a reducir la ganadería -para evitar que nuevas áreas de bosque sean convertidas en pastos-, a una baja tasa de deforestación, a incentivar acuerdos de conservación sobre las áreas transformadas, a promover los sistemas agroforestales de producción, así como a reducr la violencia y fortalecer el liderazgo ambiental local, podría evitarse la deforestación de al menos 3,5 millones de hectáreas en la Amazonia colombiana, a 2040.,

En contrste, e mantenerse la tendencia extractiva en la Amazonia, la deforestación en esta región podría aumentar en un 117%, pasando de 3,9 millones a 8,6 millones de hectáreas de bosques perdidas.

Así lo señala un estudio realizado por investigadores del Programa de Modelos de Funcionamiento y Sostenibilidad del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas, SINCHI, en un análisis sobre el futuro de los bosques de la Amazonia colombiana, publicado en la revista Scientific Reports, donde se asegura que luego de haberse firmado el Acuerdo de Paz en Colombia, en 2016, aumentó la pérdida de bosques y la frecuencia de incendios forestales, incluso en áreas protegidas, dando paso a extensas áreas con pastizales, vegetación secundaria y bosques fragmentados que ponen en riesgo la conectividad regional de la Amazonía con el sistema montañoso andino y la región de la Orinoquía.

En la investigación, titulada Scenarios of land use and land cover change in the Colombian Amazon to evaluate alternative post-conflict pathways se desarrolla un modelo predictivo para responder a interrogantes como ¿Cuál será el futuro de los bosques de la Amazonia colombiana en distintos escenarios de desarrollo bajo la actual etapa de postconflicto? 

Para responder este interrogante los expertos estudiaron las dinámicas de la pérdida de bosque entre 2002 y 2016 y relacionaron esta transformación con un conjunto de variables mediante el algoritmo: redes neuronales, que a su vez permitió crear un modelo explicativo y predictivo con escenarios plausibles sobre el futuro de la Amazonia colombiana, a partir de la consulta a distintos expertos sobre temas ambientales, teniendo en cuenta las condiciones pasadas y futuras en la actual etapa de posconflicto y propuso tres escenarios posibles como rutas de desarrollo para esta región, a los que denominó: tendencial, extractivista y desarrollo sostenible. 

En el escenario tendencial, es decir, "tal y como están las cosas", los pastos y cultivos podrían aumentar en un 48%, de manera que si no se implementan las políticas de control sobre la deforestación y otros factores de degradación de los bosques, se podrían perder al menos 2,1 millones de hectáreas de bosque al 2040.

En un escenario extractivista, la deforestación de los bosques aumentarían en un 117%, pasando de 3,9 a 8,6 millones de hectáreas, es decir que se perdederían alrededor de 4,3 millones de hectáreas con base en el año de referencia (2016).  En este escenario, bajo una ruta de promoción de políticas de desarrollo extractivista, incentivando la ganadería y potencialmente los monocultivos de soya y otros granos, −como ha ocurrido en otras regiones como en la Amazonia brasilera−, en la Amazonia colombiana la deforestación podría impactar 4,3 millones de hectáreas de bosques amazónicos al 2040.

El escenario de desarrollo sostenible, que considera políticas fuertes para la conservación de los bosques y la implementación de proyectos productivos sostenibles, fue la opción con mayores valores para los bosques conservados y la vegetación secundaria en recuperación, sumando 42 millones de hectáreas al 2040.

Bajo los tres escenarios, las simulaciones resultantes revelaron el fuerte efecto de la deforestación en el piedemonte, Sierra de la Macarena, y la desconexión con los bosques andinos tanto en el escenario tendencial como en el extractivista. Además del arco de deforestación en Caquetá, se expandirían los frentes de deforestación en Guaviare, Meta, Vichada y Putumayo. De igual forma, en la región del Vaupés, cerca de Mitú, podría expandirse la frontera de deforestación, que ya tiene antecedentes de dicha tendencia.

El estudio muestra que la superficie de “pastos y cultivos” aumentó en el escenario tendencial y extractivista (48% y 117%, respectivamente), mientras que en el escenario de desarrollo sostenible, la superficie de “pastos y cultivos” se estabilizó e incluso disminuyó en un pequeño porcentaje (4,1%). La dinámica de cambio más notable se dio en “bosques fragmentados y vegetación secundaria” donde, dependiendo del escenario, esta vegetación podría estar involucrada en un proceso de reemplazo o regeneración. La dinámica de sobreuso de la tierra implicaba que grandes áreas de “bosques fragmentados y vegetación secundaria” se convertirían en “pastizales y cultivos”, mientras que un ordenamiento territorial sostenible conservaría “bosques fragmentados y vegetación secundaria” presente en 2016 generando nuevas áreas de vegetación secundaria en las áreas transformadas, que son la base recuperar los bosques amazónicos a 2040.

"Este análisis nos ayudó a crear un modelo predictivo sobre el futuro de los bosques que aún se conservan y a conocer la probabilidad matemática de que se mantengan o se pierdan por las causas analizadas. El modelo matemático calibrado permitió generar varias alternativas de la distribución de las coberturas naturales hacia el futuro, en este punto, la elaboración de las hipótesis o historias plausibles nos ayudó a crear los escenarios y producir los mapas futuros con los parámetros obtenidos de las narrativas de los expertos en temas ambientales y científicos de la Amazonia", afirma Uriel Murcia, coordinador del programa de Modelos de Funcionamiento y Sostenibilidad del Instituto SINCHI y coautor de la investigación, quien indica que se desarrolló "un modelo explicativo y prospectivo con alto poder de predicción sobre los cambios en el uso del suelo, a partir de la información recopilada durante 18 años por el Sistema de Monitoreo de las Coberturas de la tierra de la Amazonia colombiana (Simcoba) y se analizó el efecto de 29 variables espacialmente explícitas". 

Con esta investigación, el Instituto SINCHI aporta a la comprensión de los actuales factores de deforestación y a fortalecer las políticas para detener la pérdida de bosques en la Amazonia y el contenido del estudio tiene una fuerte aplicación como herramienta para fortalecer los Planes de Ordenamiento Territorial a escala municipal, ya que brinda una visión a futuro de los posibles estados del territorio y motiva a tomar decisiones más eficientes y efectivas para la conservación de los bosques, esto implica que los ajustes de los instrumentos de planificación (POT, EOT o PBOT) integren esta información y apoyen la investigación sobre el futuro impacto de la pérdida de bosques y el cambio climático, entre otros. 

Uriel Murcia, coordinador del programa de Modelos de Funcionamiento y Sostenibilidad del Instituto SINCHI y coautor de la investigación explicó que se desarrolló "un modelo explicativo y prospectivo con alto poder de predicción sobre los cambios en el uso del suelo, a partir de la información recopilada durante 18 años por el Sistema de Monitoreo de las Coberturas de la tierra de la Amazonia colombiana (Simcoba) y se analizó el efecto de 29 variables espacialmente explícitas". 

Los autores de la investigación consideran que los resultados de este estudio podrían ser utilizados por el gobierno colombiano y las autoridades ambientales como una herramienta científica para guiar la toma de decisiones sobre el control de la deforestación, para identificar áreas donde podría ocurrir la expansión de pastos y cultivos, y para implementar acciones en los límites de las áreas protegidas para evitar la deforestación.

William Agudelo Henríquez, investigador del Instituto SINCHI y coautor del artículo explica que gracias al Sistema de Monitoreo de las Coberturas de la tierra de la Amazonia colombiana (Simcoba), el SINCHI tenía evidencia de la cantidad y ubicación de los bosques amazónicos que se habían perdido entre 2002-2016 y  con esta información se analizó estadísticamente cuáles fueron los factores o causas que influyeron en zonas deforestadas.

En Colombia, la región amazónica representa el 42,3% del territorio con una superficie estimada de 483.164 km 2 . En esta área, el 14% está dominado por tierras agrícolas, vegetación secundaria y bosques fragmentados. Actualmente, el 86% del área corresponde a áreas naturales en buen estado de conservación, donde los bosques son la cobertura predominante 6 . En la zona noroeste, la región limita con la Cordillera de los Andes y la Orinoquía al norte. La división político-administrativa comprende los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés, y parte de los departamentos de Cauca, Meta, Nariño y Vichada. La población humana se estima en ~ 1,4 millones, con una densidad de 2,5 hab/km 2.

Preservar intactos los bosques que actualmente cubren la Amazonía colombiana es, en todos los casos, el mejor escenario de conservación, concluyen los investigadores.