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Bogotá, marzo 12 de 2012 (Unimedios). - Las inundaciones de 2010 y 2011, especialmente en la Costa Caribe, comprometerán los nacimientos de nuevos especímenes de la tortuga hicotea, una de las más traficadas en Colombia y en el mundo.

La directora del Departamento de Biología, Argenis Bonilla, reveló a Agencia de Noticias la preocupación de los equipos de la UN y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) ante este posible desbarajuste ecológico, en especial con el arribo de la Semana Santa.

“Las inundaciones disminuyeron las zonas o los playones de ciénagas y ríos donde las hembras depositan sus huevos. Como están llenos los lugares, con seguridad vendrá una sensible disminución en la población de hicoteas”, dijo la profesora Bonilla.

Además, esta especie de tortuga también está amenazada por la que llamó “alta extracción”, es decir, su caza y su uso para consumo humano, tanto en el centro del país como en las fronteras y en otras naciones. A partir de datos que manejan el Grupo de Biología de Organismos Tropicales de la UN y el MADS, la profesora Bonilla calculó que son más de 100 mil los ejemplares capturados cada año, y la cifra puede aumentar. Por ejemplo, en una sola temporada, en 1999, en el corregimiento de Gambote, en Arjona (Bolívar), llegaron a ser capturados 300 mil ejemplares, en especial antes de la semana mayor, cuando se dispara su consumo.

Por esta razón, en 2009, la UN y el MADS suscribieron el Plan para el Uso Sostenible de la Tortuga Hicotea. Y ahora desarrollan su etapa de aplicación, que comienza con la capacitación impartida hoy, en un taller, a los integrantes de la Policía Nacional y de la Fiscalía General de la Nación. Todo con el objetivo de informar sobre las nuevas normas al respecto, como la modificación del Código Penal efectuada a finales de 2011, por la cual se tipifica como delito el tráfico ilegal de especies y se aumentan las penas respectivas.

La capacitación fue impartida esta semana a integrantes de los diferentes cuerpos de la Interpol y de la Policía Nacional, como el de investigación (Sijín), policía judicial (Dijín), carabineros y policía ambiental. Asimismo, ya se están preparando los primeros fiscales ambientales de Colombia.

Para el intendente de carabineros Alejandro Espinel, el taller es importante para identificar las características primordiales de la hicotea y las demás especies de tortuga y así proceder a controlar el tráfico ilegal de especies, siendo las aves las de mayor comercialización ilegal.

Las zonas de mayor captura de tortugas son los departamentos de Córdoba, la Mojana sucreña y la depresión momposina, Sucre, Atlántico y Bolívar.

De acuerdo con la Ley 1333 de 2009, las especies aprehendidas en operativos oficiales o descubiertas en indefensión por este tráfico deben ser enviadas a los centros de recepción y protección (URRAS) de la UN y de la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá (en Engativá). Luego, deben ser llevadas a sus hábitats respectivos o a clínicas veterinarias, en donde deben ser sacrificadas si están en pésimas condiciones. Es en este punto donde las autoridades, especialmente la Policía Nacional, tienen la potestad constitucional para proceder a la aprehensión, ni siquiera las Corporaciones Autónomas Regionales pueden hacerlo.

La profesora Bonilla afirmó que el trabajo requiere sinergia entre las diferentes instituciones comprometidas con la preservación ambiental y que se trabaja fuertemente en el componente cultural, porque el consumo de la tortuga data de la Colonia. Por eso se diseñó el plan, para que evite la alta extracción de la especie.

El plan se basa en un enfoque novedoso de labores que adelantó el grupo de la UN, y pudo determinar la estructura del tráfico, las zonas vulnerables, las rutas y las debilidades y fortalezas de las autoridades para el control del tráfico de tortugas. Así lo manifestaron Adrián Vásquez, Felber Arroyave, Oscar Romero, Cindy Leguízamo y Natalia Duque, coordinadora del proyecto, entre otros integrantes del grupo.