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Bogotá, Diciembre 22 de 2012 (Unimedios).- En los platanales del país se podrá reducir en un 30% el uso de químicos dañinos para el ambiente, con una técnica de control biológico diseñada por científicos de la UN en Palmira y del CIAT.

El plátano es uno de los cultivos más importantes del mundo que junto con el arroz, el trigo y el maíz, es la base de la alimentación diaria de millones de personas, así como un eslabón significativo de las economías de varios países.

Según la Federación Nacional de Productores de Plátano (Fedeplátano), ha sido un sector de gran relevancia socioeconómica para la seguridad alimentaria y la generación de empleo en el campo, pues unas 57 mil familias viven de este.

Pese a su productividad, las dificultades fitosanitarias y los bajos niveles de inversión en el cultivo afectan su rendimiento y comercialización. “La falta de adecuación de las fincas, el tipo de renovación y la actual forma de fertilización ocasionan pérdida de competitividad en los mercados internacionales”, afirma Silverio González, de Fedeplátano.

Estos obstáculos pueden comprometer la meta de aumentar la eficiencia de los plantíos, pues enfermedades como la sigatoka negra (causada por el hongo Mycosphaerella fijiensis) y el moko (provocado por la bacteria Ralstonia solanacearum) han destruido un 50% del área sembrada. Esto ha aumentado el costo de producción por hectárea de 1,5 millones de pesos a 6 millones.

Por eso, científicos del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y de la UN en Palmira evaluaron la fertilización biorgánica (FBO), práctica agrícola que usa métodos preventivos biológicos para limitar la aparición de enfermedades y plagas.

El método utiliza dos tipos de material orgánico: uno de lenta descomposición “especies forrajeras arbóreas de la región” y otro de rápida “el estiércol proveniente de la producción ganadera”. Finalmente, se introducen lombrices nativas de tierra, que son robustas, muy fecundas y crecen rápido.

Luego de los análisis de laboratorio, propusieron cinco tratamientos para aplicar en condiciones naturales sobre plantas recién fijadas en lugares donde había presencia de enfermedades y parásitos.

“Evaluamos la micorrización de plantas, aplicación de fluidos del raquis (tallo) del plátano, introducción de plantas fijadoras de nitrógeno, aplicación de lombricompost y el uso del método FBO”, afirma la investigadora Elena Velásquez de la UN en Palmira.

Según Fedeplátano, este tipo de biofertilización redujo en un 30% el uso de fertilizantes de síntesis química y nematicidas (que eliminan nematodos patógenos, unos pequeños gusanos). Asimismo, los investigadores constataron un incremento de la diversidad de la macrofauna de 600 a 2.600 el número de individuos por metro cuadrado. Así, mejoraron la calidad física, química y biológica del suelo.

“Con los tratamientos se estableció un posible equilibrio entre poblaciones de nematodos fitoparásitos y saprofitos (que se alimentan de material muerto); estos últimos contribuyen a regular la presencia de los primeros, lo que permite inferir que si se promueve la actividad biológica del suelo, los problemas causados por los fitoparásitos podrán ser menores. Esto es importante, pues las plantas pueden resistir el ataque de estos miorganismos”, asegura el profesor Patrick Lavelle del CIAT.

Dados estos resultados, Fedeplátano promueve el método desarrollado por la UN y el CIAT entre los cultivadores de plátano del país. “Su adopción permitirá reducir costos en las 40 mil hectáreas de plátano en el país, minimizar la contaminación ambiental y contribuir a la seguridad alimentaria del planeta”, manifiesta Silverio González.