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Bogotá, abril 8 de 2016 (Agencia de Noticias UN)

Aunque son pocos los estudios que se han hecho para determinar la contaminación lumínica en Bogotá, se sabe que, de acuerdo con la escala de Bortle, la ciudad presenta una calidad de cielo tipo 9.

En el nivel 1 de la escala de Bortle, que determina el brillo del cielo nocturno, el firmamento es más oscuro, mientras que, en el nivel 9, brilla intensamente y las estrellas y constelaciones resultan invisibles.

De esta manera lo explicó Nicolás Amado, estudiante de la Maestría en Astronomía de la Universidad Nacional de Colombia, quien asegura que, debido a la cantidad de contaminación lumínica que se presenta en Bogotá, no se puede hacer mediciones precisas ni capturar imágenes óptimas.

Así, el Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional se sumó a la “Semana internacional de los cielos oscuros”, que se realiza hasta el domingo 10 de abril, e hizo un llamado a mejorar la deficiente calidad del cielo que tiene la capital del país.

Según explica Lina Benítez, abogada y asesora legal en asuntos astronómicos, en toda Bogotá la contaminación lumínica se presenta particularmente en la calle 170 y en la autopista norte.

“En estos lugares debería existir una cantidad de luz menor. No significa que un lugar por estar más iluminado es más seguro, esto tiene que ver con una cuestión de percepción y hace falta divulgación y educación sobre el tema”, asegura.

La abogada añadió que una buena ubicación de la luz ayudaría a mejorar las condiciones de seguridad.

De esta manera, la reducción de la contaminación lumínica resultaría positiva tanto para las observaciones astronómicas, como para contrarrestar sus efectos en la salud humana, animal y vegetal.

Al respecto, menciona que hasta ahora se ha demostrado que la exposición a la contaminación lumínica disminuye la melatonina, lo que no permite que las personas alcancen un sueño profundo. Por otro lado, el fenómeno se ha relacionado con cáncer de seno y próstata, vértigo, estrés, aumento de peso y afectaciones en el crecimiento de los niños.

“La elevada cantidad de luz afecta la seguridad vial, porque causa deslumbramiento en los conductores, e incluso hay cámaras que no están funcionando correctamente por el alumbrado público”, agregó la colaboradora del Observatorio Astronómico.

Asimismo, se ha demostrado la extinción de una especie de tortugas, cuyo proceso de migración dependía de la luz de las estrellas, y se han visto afectados los ciclos de depredación de animales nocturnos.

Algunas estrategias que se pueden implementar, para disminuir la problemática, es hacer uso de temporizadores de iluminación en zonas en las que no se realizan actividades humanas en la noche.

Dirigir la luz del alumbrado público hacia abajo, para que ilumine de forma correcta; utilizar la lámpara adecuada, que brinde la iluminación necesaria para la zona; que se pueda calcular la potencia que necesita la bombilla según la hora del día, y añadirle un filtro a las luces led de la ciudad, serían otras alternativas.

Para hacer un llamado a la comunidad, la Universidad se unió a la International Dark-Sky Association, una organización creada, desde 1968, con el fin de prevenir y disminuir la contaminación lumínica, y apoyar el desarrollo de investigaciones astronómicas.