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Un estudio científico en el macizo de Chingaza sobre el proceso reproductivo de las osas andinas encontró que la mayoría de partos de esta especie se produce durante el invierno. El estudio también mostraría un bajo ritmo de crecimiento poblacional.

Aunque los osos andinos se reproducen de forma continua a lo largo del año, se encontró que esta especie puede estar sincronizando sus tiempos de gestación para adaptarse mejor a las condiciones del ambiente, por lo cual se observó una concentración de partos en la época de lluvias -entre junio y noviembre- un número más alto en comparación con el resto del año, dato evidenciado gracias a los registros obtenidos de hembras con crías de entre 4 y 7 meses de edad por fuera de su refugio en la época de verano, entre los meses de diciembre y abril.

Así lo demuestra un estudio liderado por investigadores colombianos, que permitió documentar, por primera vez en el país, aspectos claves del ciclo reproductivo y crianza de las osas andinas (Tremarctos ornatus) que habitan en el macizo de Chingaza, ubicado en la cordillera oriental de los Andes colombianos.

Con el objetivo de obtener nuevos datos sobre el proceso de reproducción y cría de las osas andinas, un equipo científico estudió una serie de fotografías y videos capturados por cámaras trampa durante cinco años (del 2011 al 2016) en el macizo de Chingaza, obteniendo información importante sobre la ecología de los osos andinos. Cinco años de análisis convierten este estudio en uno de los más importantes para esta especie en el país, señala el instituto Alexander von Humboldt, al destacar que se recopiló información sobre los individuos que habitan en el macizo de Chingaza, encontrando datos nuevos y reafirmando otros ya existentes, pero que no se habían confirmado para el país.

Para este trabajo de investigación, las cámaras trampa fueron ubicadas en sitios estratégicos como senderos, fuentes de agua y áreas de alimentación con el objetivo de obtener un mejor registro de su comportamiento. Las fotos y videos se recopilaron y se analizaron cuidadosamente para identificar a cada hembra. Las osas se individualizaron mediante características externas como las marcas faciales y pectorales y el tamaño corporal. También se determinó su estado reproductivo observando signos como mamas turgentes, vientre abultado y la presencia de oseznos (crías).

Uno de los primeros hallazgos fue sobre sus tiempos de apareamiento. Si bien, hay algunos análisis al respecto, no existían datos suficientes que permitieran concluir si su apareamiento era estacional o no. La tendencia hacia un número mayor de partos en la temporada invernal podría estar relacionada con la dieta, pues según explican los investigadores, se encontró que dos especies de arbustos de la familia Ericaceae que forman parte importante de la dieta de los osos andinos, fructificaron durante la época seca, es decir, entre noviembre y abril. "Dichos frutos, la uva camarona (Macleania rupestris) y la uva de anís (Cavendishia bracteata), tienen un alto contenido de azúcar y antioxidantes y, por tanto, podrían ser uno de los recursos clave para las hembras lactantes y sus crías, ya que les proporcionan energía y nutrientes esenciales", explicó la investigadora de la Fundación Wii y primera autora de esta investigación, Adriana Reyes.

Otro de los hallazgos más llamativos fue el de una hembra (los investigadores la llamaron “Adriana”), la cual fue vista con crías de dos camadas diferentes en el mismo registro. El video recopilado muestra a la madre con dos crías de menos de 4 meses, acompañada de una tercera cría de más de 1 año de edad. Sobre este hecho, se sugiere que la cría mayor podría ser de otra hembra y fue adoptada por la osa “Adriana” o que las crías son de la misma hembra, pero de camadas y padres diferentes (los osos no son monógamos), en cuyo caso, el proceso de crianza del osezno mayor se habría extendido lo suficiente para solaparse con la crianza de la nueva camada, algo que no es común. Este tipo de comportamiento no había sido registrado antes en el país y, además, sirve para confirmar un fenómeno previamente visto, en el 2017, para una osa andina en Ecuador, en el que ya se había evidenciado este mismo proceder.

En cuanto al tamaño de la camada, por primera vez se calcula en Colombia, con un promedio de 1.27 crías (número de crías que tiene la hembra en cada parto), es decir, el tamaño de la camada del oso andino resultó menor que el de otras especies de osos. Este es un dato que la ciencia debe entrar a revisar porque, previamente, otros autores habían sugerido que el oso andino podría tener camadas de hasta 4 cachorros. “Esto podría deberse a factores genéticos, ambientales o fisiológicos, lo cual también deriva en la necesidad de una política de conservación para proteger al oso andino, el único oso nativo de Sudamérica. Ello, debido a que este hallazgo sugiere un bajo ritmo de crecimiento poblacional en una especie que, además, está catalogada como vulnerable. Es fundamental protegerlo ante la pérdida de su hábitat, que abarca ecosistemas diversos y estratégicos como los páramos y los bosques andinos”, explica Nicolás Reyes, curador de la Colección de Mamíferos del Instituto Humboldt y uno de los investigadores del estudio.

Dentro de los datos obtenidos, esta investigación también logró material gráfico que se convierte en una nueva fuente de estudio. Las cámaras trampa registraron, por primera vez en Colombia, el proceso de imitación que hacen las crías de sus madres. En el video se observa a una osa inspeccionando las marcas que otros osos han dejado en un árbol, mirando y olfateando y, acto seguido, las crías se acercan a dichas marcas e imitan este comportamiento.

Los investigadores también lograron registrar dos eventos de cortejo, en los que el macho respectivo fue observado persiguiendo, olfateando y jugando con una hembra, hasta que ella lo rechaza con las garras; reportes que no son fáciles de obtener, por lo que se convierten en un material de alto valor para la ciencia.

Finalmente, la investigación concluye que, a pesar de que aún no hay suficiente información sobre el patrón de los ciclos reproductivos de las hembras de oso andino en estado silvestre a lo largo de toda su distribución, este estudio representa una importante contribución al conocimiento de su reproducción en Colombia. “Este análisis es de gran relevancia porque aporta datos que no se habían registrado y/o publicado hasta el momento en Colombia,”, concluye el investigador del Humboldt.