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De una tonelada de teléfonos celulares se puedan recuperar 280 gramos de oro, 1.700 gramos de plata y 180.000 gramos de cobre, entre otros elementos, así como hierro, aluminio, zinc, estaño y demás compuestos valiosos. En 2015, Colombia acumuló 880,7 toneladas de basura electrónica

 

BOGOTÁ.- En un mes estará lista la política sobre Residuos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), que aspira a reglamentar la disposición final de los aparatos elèctricos y electrónicos que hayan alcanzado su vida útil y evitar que los compuestos tóxicos que contienen se liberen contaminando el medio ambiente.

La política de la disposición de RAEE se basa en el medio de sistemas de recolección de productos de uso masivo que generan residuos con características peligrosas, bajo el principio de Responsabilidad Extendida del Productor, proporcionando los instrumentos administrativos y regulatorios para el seguimiento, vigilancia y control que permitan realizar la correcta gestión de este tipo de materiales.

El ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, dijo que “hay una responsabilidad del productor y del comercializador que venden el producto, y cuando este cumple con su ciclo, el consumidor tiene que comprometerse a devolverlos, y este productor debe hacer el manejo adecuado de estos residuos”.

El titular de la cartera de ambiente dijo que se pretende que los usuarios o consumidores encuentren alternativas para reutilizar los equipos electrónicos, teniendo en cuenta que muchos de ellos aún son funcionales y pueden ser utilizados por otros usuaros si los propietrios los entregan o donan.

El funcionario puso como ejemplo el caso de los teléfonos celulares o computadores que son entregados a personas, escuelas y a ONG para su utilización por parte de personas de bajos recursos o que no tienen fácil acceso a la tecnología.

En caso de que los equipos estén averiados o no puedan ser reutilizados, se debe buscar un programa posconsumo operado por el importador o fabricante, para que los reciba en un punto habilitado para la recolección.

Otro de los elementos positivos de esta nueva reglamentación hace énfasis en que muchos de estos materiales son recuperables, pueden ser reciclados y posteriormente reincorporados al ciclo productivo y económico.

En caso de que no se encuentre un punto de estos, el consumidor debe contactar al fabricante, importador o comercializador para informarse de otros mecanismos de recolección disponibles. También puede buscar un gestor de los RAEEE que cuente con la respectiva licencia ambiental para su disposición final.