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Los bosques seguirán siendo deforestados en los países sudamericanos, para abrirle paso a otras actividades como la ganadería y los cultivos destinados a la alimentación y a los biocombustibles.

Así lo sentenció la FAO, al presentar su informe Situación de los Bosques del Mundo 2009, en el cual señala además que la crisis económica mundial tendrá un fuerte impacto negativo a corto plazo en las inversiones industriales y en la gestión forestal por la tendencia a una significativa disminución de la demanda de madera y productos madereros, debido al colapso del sector inmobiliario y a la restricción del crédito.

La organización llamó la atención sobre la necesidad de reformar las instituciones forestales e incrementar las inversiones en ciencia y tecnología para una mejor gestión de los bosques. “La debilidad institucional sigue siendo el problema más importante, al igual que el más difícil de solucionar”, subraya el informe.

“Adaptar las instituciones forestales a los rápidos cambios medioambientales es un gran desafío”, asegura Jan Heino, Director General Adjunto de la FAO, encargado del Departamento Forestal. “Tiene especial importancia “añade- la necesidad de reinventar organismos públicos en el sector forestal que han sido lentos a la hora de adaptarse al cambio de necesidades de sus clientes”.

Está previsto que la demanda mundial de productos y servicios medioambientales se incremente en las próximas décadas, según indica la FAO. Las políticas energéticas y las relacionadas con el cambio climático conllevan un incremento del uso de la madera como fuente de energía, aunque está tendencia puede verse afectada por la reciente crisis económica.

En relación con la crisis económica global, la FAO expresa su preocupación debido a la posibiliad de que algunos gobiernos pueden abandonar sus ambiciosos objetivos medioambientales previos o retrasar decisiones políticas claves relacionadas con la adaptación y mitigación del cambio climático, para centrarse en combatir la crisis económica. Iniciativas como las orientadas a reducir las emisiones de la deforestación y la degradación de los bosques -que dependen de traspasos internacionales de fondos-, pueden también verse en dificultades.

No obstante estas consideraciones, el informe del organismos internacional confía en que la actual crisis ofrece también oportunidades para el sector foretal. “Plantar árboles, incrementar las inversiones en gestión forestal sostenible, una promoción activa de la madera en la construcción con criterios medioambientales y las energías renovables, serán parte integral del “desarrollo verde”.

Tendencias continentales

De acuerdo con la FAO, está previsto que los recursos forestales en Europa sigan incrementándose, a causa de una menor dependencia de la tierra, el aumento de los ingresos, la preocupación por la protección del medio ambiente y un marco político e institucional bien desarrollado. Europa ocupa cerca del 17 por ciento del total de la superficie terrestre del planeta, pero concentra la cuarta parte de los recursos forestales mundiales. Son cerca de mil millones de hectáreas, de las cuales el 81 por ciento se encuentra en la Federación Rusa.

En África, la pérdida de bosques continuará al ritmo actual. La demanda creciente -y la subida de precios- de alimentos y energía complicará la situación, especialmente al aumentar las inversiones en infraestructuras que facilitan el acceso a nuevas zonas. El incremento de la frecuencia de sequías, el descenso del suministro de agua y los mecanismos para hacer frente a las inundaciones a nivel local y nacional dificultan los esfuerzos para gestionar los bosques africanos de forma sostenible.

En Asia y el Pacífico, donde reside cerca de la mitad de la población mundial, con algunos de los países más densamente poblados del planeta, está previsto que la demanda de madera y productos madereros continúe su incremento, en línea con el aumento de la población y de los ingresos. El aumento de la demanda de productos básicos primarios, consecuencia de una rápida industrialización de las economías emergentes, puede resultar en una conversión de los bosques en otros países de dentro y fuera de la región. Mientras que la región es líder en bosques plantados, continuará dependiendo de madera de otras regiones, ya que la falta de tierras y agua limitará el objetivo de alcanzar la autosuficiencia en madera y sus productos derivados.

En Norteamérica, el futuro cercano del sector forestal dependerá de la rapidez con que la región se recupere de la reciente desaceleración económica y su impacto en la demanda de productos madereros, en especial en Estados Unidos, según el informe. El sector forestal necesitará también hacer frente al desafío del cambio climático, incluyendo el incremento de la frecuencia y gravedad de incendios forestales y el daño causado por las plagas y especies invasivas.