Imprimir

Bogotá, julio 26 de 2010. Un llamado a favor de la conservación de los manglares así como a la implementación de acciones y planes de manejo comunitario, formuló este 26 de julio la Fundación MarViva, como una manera de conmemorar el Día Internacional de la Defensa del Manglar.

En esta fecha se recuerda al activista micronesio, de Greenpeace, Hayhow Daniel Nanotom, quien murió de un paro cardiaco durante una acción de reforestación de una zona de manglar devastada por la instalación ilegal de una langostinera en Muisne Ecuador.

Carlos Vieira, Gerente de Comunidades de la Fundación MarViva destaca la importancia de estos ecosistemas que conforman la zona costera de muchas regiones del mundo y el papel que desempeñan en beneficio de las comunidades que viven del uso de sus recursos: Estos bosques son valiosos debido a su importancia ecológica y sus contribuciones socioeconómicas. Sus maderas pueden ser aprovechadas para el autoconsumo o comercialmente. Del manglar se extrae madera de construcción, leña, carbón, taninos y medicinas. El manglar protege las larvas y estadios juveniles de variadas especies de peces y mariscos que son explotados comercialmente y para la seguridad alimentaria en las zonas costeras.

Estos ecosistemas no sólo ofrecen hábitats propicios para muchas especies de aves migratorias y permanentes, bajo sus raíces se desarrollan muchos peces y mariscos vulnerables o en peligro de extinción asegurando la sustentabilidad de la industria pesquera.

Adicionalmente a la presencia de una rica biodiversidad, su valor ecológico y económico radica en que contribuyen con nutrientes y material orgánico que son de gran importancia para productividad primaria y secundaria en las aguas costeras y protegen el litoral del impacto del oleaje y controlan la erosión, destaca el Biólogo de la Fundación.

En esta celebración, lo que se busca es hacer conciencia acerca de la desaparición y disminución de las especies silvestres de sus hábitats naturales, producto de la actividad productiva de los seres humanos que no se enmarcan en un modelo de desarrollo sostenible.

Por esta razón, MarViva hace un llamado para conservar el ecosistema manglar, porque aun conociendo todos sus beneficios, el 75% de los mangles han sido destruidos y los que quedan están en peligro de desaparecer.

En contraste con el reconocimiento que en la literatura se hace de la alta biodiversidad y riqueza biológica de los manglares, y de los bienes y servicios que ofrece, poco se sabe acerca de propuestas y acciones en materia de manejo, legislación, dinámica de funcionamiento de las comunidades ligadas al manglar, su importancia económica/financiera de sus recursos como ecosistema.

Este desconocimiento refleja, en la práctica, la poca prioridad dada a estas zonas, comparadas con otras áreas y ambientes marino-costeros. Por esta razón la Fundación MarViva en Colombia ha centrado sus accione en lograr el diseño e implementación de planes de manejo comunitarios, como estrategia para la planificación y ordenamiento espacial de las actividades humanas que se desarrollen en estas zonas estratégicas marino/costeras del Pacífico colombiano.