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Bogotá, Febrero 14 de 2015 - (Unimedios) – Tamaño medio, buen olfato, pelo corto, ojos almendrados y largas orejas son algunas de las características del primer ejemplar de raza criolla en Colombia. Investigadores de la U.N. ya han censado a 90 de ellos.

El Grupo de Estudio de Genética Animal de la U.N. encontró a este primer ejemplar de raza criolla después de recorrer varias veredas del país buscando a estos animales que conviven con campesinos desde hace muchos años en casi todo el territorio nacional.

Según Jonathan Álvarez, estudiante de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la U.N., lo primero que se hizo fue verificar la permanencia del perro en las comunidades rurales en las que se ha criado, con miras a obtener datos verídicos de sus características.

Con ayuda de Richard Martínez y Daniela Rodríguez, integrantes del Grupo de Estudio de Genética Animal, caracterizaron al can de manera morfológica (forma y estructura) y morfométrica (mediciones corporales para verificar la similitud en sus dimensiones), para determinar si poseía rasgos transmitidos de generación en generación que permitieran su prevalencia en el tiempo. Fue así como buscaron que el animal tuviera un prototipo, características básicas, tamaño y colores de capa, entre otros rasgos.

Según la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), cuatro características definen una raza canina: que tengan la misma función (trabajo, cacería, compañía), que compartan el hábitat, que las características fenotípicas se den a través de las generaciones y, finalmente, que los criadores los consideren una raza.

Con estos parámetros, el grupo de investigadores desarrolló un formato de caracterización para medir en los perros su cabeza, hocico, tamaño corporal, dimensión de las orejas, forma de los ojos, tipo de mordida y colores, entre otros. Adicionalmente, se hicieron entrevistas que ratificaron el uso y conocimiento del animal en la cultura campesina.

Al cruzar los datos y realizar un análisis estadístico, los investigadores hallaron que no había diferencias significativas en la mayoría de medidas, por lo que se confirmó la hipótesis: el perro de cacería tradicional campesino era el mismo en toda Colombia.

Según Álvarez, “se busca hacer una selección registrada de la raza para que mantenga el mismo fenotipo que han preservado los campesinos por muchas generaciones, patrimonio cultural y genético del país”.

En consecuencia, los tres investigadores, estudiantes de Zootecnia orientados por la doctora Ligia Jiménez, encontraron que efectivamente el sabueso fino colombiano comparte su localización. “Está en todas las veredas, pero se observa con más facilidad en regiones como Antioquia, el Eje Cafetero, los santanderes, Boyacá, Cundinamarca y la Costa Atlántica”, señaló el grupo de estudio.

De esta forma, el estudio de la U.N. definió las características del perro criollo del país: un sabueso aullador, de buen olfato, tamaño mediano y pelo corto, aunque con muchos colores. Al compararlo con sabuesos traídos de Europa y Norteamérica desde la época de La Conquista, se encontraron similitudes en las actividades de cacería que tanto practicaban los señores de antaño.

De igual forma encontraron que la mayoría de los perros viajan entre regiones, que se utilizan para la caza de animales de pelo (tinajos, ñeques) y que los campesinos los han seleccionado a lo largo de los años por sus habilidades para esta tarea. Posteriormente, se hizo la caracterización a partir de las medidas recolectadas, para hacer un análisis estadístico de diferentes animales por todo el país.

“Buscamos concientizarlos sobre la importancia de estos perros, pues ellos son quienes los mantienen, conservan y reproducen para que no se pierdan en el tiempo”, indicó la profesora Jiménez.

Crear esa conciencia permitirá fijar normas para la tenencia y reproducción del perro, con el único fin de mejorarlo.