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MÉXICO D.F., Diciembre 19 de 2013.- Los humedales y los servicios ecosistémicos relacionados con el agua deben convertirse en una parte integral del manejo del agua a fin de lograr la seguridad del agua y facilitar la transición hacia una economía verde. Esta es la conclusión principal de la nueva publicación "La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad Relativa al Agua y los Humedales"1, presentada en América Latina y el Caribe el 19 de diciembre por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) de México y la ONG Global Wetlands International.

El vínculo entre el agua, la alimentación y la energía es una de las relaciones fundamentales para la sociedad. Este nexo presenta un número de retos cada vez mayor. Asimismo, la seguridad del agua es una preocupación significativa que está aumentando en muchas partes del mundo, tanto por su disponibilidad como por su calidad. El ciclo del agua depende en gran medida de los humedales; sin ellos el ciclo del carbono y de los nutrientes se vería significativamente alterado.

A pesar del valor de los humedales y de las potenciales sinergias de políticas públicas en torno a ellos, siguen sufriendo destrucción y degradación. Esto provoca una gran pérdida de la biodiversidad, pues figuran entre los ecosistemas más ricos en diversidad biológica del planeta y constituyen el hábitat fundamental de numerosas especies. Pero la destrucción de los humedales cuesta mucho más: supone también la destrucción de sus servicios ecosistémicos.

Estos servicios ecosistémicos, definidos como "recursos o procesos de ecosistemas naturales que benefician a los seres humanos" o "los beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas"2, son fundamentales para el desarrollo humano sostenible, incluso para la seguridad del agua. Por ejemplo, los humedales continentales previenen las inundaciones, porque absorben el exceso de lluvia y abasten de agua en épocas secas. El manglar, un humedal de tipo marino-costero, brinda protección de tormentas, marejadas, erosión costera e intrusión de aguas saladas. Además, se adapta al aumento del nivel del mar y regula el clima. Constituye también una zona de reproducción de enormes cantidades de especies de peces, crustáceos y moluscos.
Por ende, los humedales forman parte de la solución a la seguridad del agua, debido a los múltiples servicios ecosistémicos que ofrecen. ¿Y cómo se aplica esta solución? Convirtiendo los humedales y los servicios ecosistémicos relacionados con el agua en una parte integral del manejo del agua, a fin de realizar la transición hacia una economía verde3 que utilice eficientemente los recursos naturales. Es necesario que todas las partes y los actores interesados, desde los usuarios de agua en las comunidades hasta los reguladores gubernamentales, las compañías y las ONG, adopten medidas para aprovechar completamente las oportunidades y los beneficios derivados de trabajar de forma sostenible con el agua y los humedales, apreciar las consecuencias de la continua pérdida y degradación de estos ecosistemas, y reaccionar en consecuencia, concluye esta nueva publicación.