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BOGOTÁ, Marzo 13 de 2014 (Unimedios).- “Colombia podría tener carbón hasta por 200 años si se mantiene el ritmo de producción actual”, sostiene el profesor Luis Jorge Mejía, autor del libro El Carbón: Origen, atributos y usos actuales en Colombia.

El experto, quien fue docente del Departamento de Geociencias, sostiene que se tuvo en cuenta tanto el material destinado para uso geotérmico como para el metalúrgico.

El ritmo al que hace referencia el investigador es el del carbón que se produce anualmente, por ejemplo, en El Cerrejón y en el departamento de Cesar, se generan un promedio de 70 y 80 millones de toneladas al año, tomando en cuenta que en zonas como Cundinamarca y Boyacá alcanzan los dos millones.

Este pronóstico se basa en un estudio que la Universidad hizo con el Instituto Colombiano de Geología Minera (Ingeominas) en el que se estableció que el país tiene alrededor de 40.000 millones de toneladas de reserva de carbón.

No por nada, el país es el primero en Latinoamérica en producción y exportación del material. Actualmente hay 40 áreas de carbón en Colombia.

“El que tenemos en el país tiene diversos usos, como la generación de calor (termoeléctricas), la coquización (trabajos metalúrgicos, producción de hierro) y funciones como adherir moléculas y olores. Son muy abundantes en zonas como la cordillera central y la costa Atlántica”, añade el profesor.

De hecho, según la World Coal Association, Colombia es el quinto exportador de carbón térmico en el mundo, por detrás de China, Australia, Rusia y Estados Unidos, pero por encima de Sudáfrica y Panamá.

Según el profesor Luis Jorge Mejía, este tipo de material es el que se produce en El Cerrejón y el departamento de Cesar, debido a que este origina poca ceniza y azufre; en caso contrario, habría que lavarlos para que no dañen las calderas.

Pero no todo son ventajas con respecto al pronóstico en las reservas de carbón. Siendo uno de los materiales más constantes de la minería en el país, también genera daños ambientales.

“La explotación de carbón, como la de cielo abierto, puede cambiar los paisajes y desplazar a poblaciones; por ejemplo, al hacer los huecos muy grandes en esas zonas y sacando también estériles”, señala.

Y afirma: “Existen leyes que exigen que no se contamine el ambiente. El embarque de carbón debe hacerse sin exponerlos al ambiente, con tuberías, tolvas y que lleguen a los buques”, concluye.