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Tres ranas de cristal, tres ranas venenosas, dos ranas arlequines y dos especies de ranas de lluvia fueron descubiertas por expertos de Conservación Internacional y de la Fundación Econtrópica con el apoyo de la comunidad Emberá asentada en la selva del Daríen.

Durante 3 semanas, herpetólogos de Conservación Internacional Colombia y ornitólogos de la Fundación Ecotrópico Colombia, con el apoyo de la comunidad Emberá de Eyakera, asentada en las cabeceras del río Tanelita, realizaron una exploración científica en la espesa selva del Darién, específicamente en el Cerro Takarkuna.

Una vez confirmada la identidad de las especies descubiertas, se procederá a darlas a conocer a la comunidad científica para buscar la cura de algunas enfermedades y a las autoridades ambientales para evaluar su estado de conservación o riesgo de extinción de acuerdo a los criterios de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza),

Los investigadores de Conservación Internacional esperan que los resultados de la expedición contribuyan a fortalecer las figuras de Reserva Forestal Protectora y Área de Manejo Especial que cobijan la mayor parte de la región del Darién colombiano (municipios de Unguía y Acandí), para que puedan ser implementadas efectivamente en sus objetivos de conservación y manejo y, en particular, contribuyan a justificar la asignación de una nueva área protegida en el sector del Cerro Takarkuna.

“Indudablemente esta región es una verdadera Arca de Noé, pues el alto número de especies nuevas de anfibios encontrados ofrece una ventana de esperanza ante la grave amenaza de extinción que está impactando las poblaciones de este grupo de animales en muchas otras regiones del país y del mundo” dijo José Vicente Rodríguez-Mahecha, director Científico de CI-Colombia.

Las especies descubiertas

Dentro de las especies nuevas de anfibios se encuentran:

Tres ranas de cristal (de los géneros Nymphargus, Cochranella y Centrolene)
Tres ranas venenosas de la familia Dendrobatidae (Colostethus, Ranitomeya e Anomaloglossus)
Dos ranas arlequines del género Atelopus
Dos especies de ranas de lluvia (Pristimantis)
Como elementos centroamericanos que se registran por primera vez para el norte de Suramérica se encuentran: una salamandra (Bolitoglossa taylori), una rana de lluvia (Pristimantis pirrensis), una lagartija (Ptychoglossus myersi) y una serpiente aún no identificada plenamente.

Los científicos recordaron que los anfibios son reguladores de plagas de insectos nocivos para la agricultura. Por ejemplo, una pareja de sapos comunes pueden consumir al año hasta una tonelada de insectos.

Los anfibios igualmente mantienen a una gran variedad de depredadores que se alimentan de ellos y por su ciclo de vida, que se lleva a cabo una parte en el agua y otra en la tierra, movilizan nutrientes entre estos dos paisajes.

Los científicos consideran que los anfibios son los guardianes de la salubridad humana, ya que sus pieles lisas y expuesta directamente a los elementos indican si existen condiciones adecuadas para la vida del hombre, toda vez que son excelentes indicadores de la contaminación con metales pesados, pesticidas, herbicidas y agentes productores de lluvia ácida, entre otros.

Las principales amenazas para los anfibios en la región del Takarkuna consisten en la deforestación y pérdida del hábitat, pues entre el 25% y el 30% de las selvas por debajo de los 800 m de altura han sido derribados y convertidos en pastizales. Igualmente, el cambio climático ha exacerbado la actividad de un hongo patógeno que está matando las poblaciones de anfibios en todas las regiones montañosas del mundo.

Otros hallazgos

Durante la exploración que duró tres semanas, y en la cual se logró llegar hasta los 1300 metros de altitud, se identificaron alrededor de 60 especies de anfibios, 20 de reptiles y cerca de 120 especies de aves, muchas de ellas aparentemente endémicas de la Serranía y otras que no estaban presentes en Colombia y que ahora enriquecen los listados de especies nacionales. Adicionalmente se reportó la presencia de grandes mamíferos como: La danta chocoana o macho de monte (Tapirus bairdii) especie críticamente amenazada en Colombia, cuatro especies de monos: La Marimonda chocoana (Ateles geoffroyi), el bichichi (Saguinus geoffroyi), el maicero capuchino (Cebus capuchinus) y el ahullador negro (Aloutta palliata). También se encontraron poblaciones saludables del puerco de monte (Tayassu pecari).

La Serranía del Darién es un sistema montañoso aislado de la cordillera de los Andes y un reconocido centro de endemismo, valioso por su alta diversidad biológica. Su importancia obedece, en gran parte, a que históricamente ha sido puente de intercambio de flora y fauna entre Norte y Suramérica, y a que durante los cambios climáticos del Pleistoceno allí se aislaron poblaciones naturales que dieron origen a numerosos endemismos. Aunque en la actualidad la Serranía del Darién en Colombia mantiene en sus partes altas una cobertura natural relativamente continúa, que está experimentando un rápido proceso de transformación paisajística, principalmente por actividades de origen antrópico como la extracción selectiva de maderas, la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos, la cacería, la minería y la fragmentación de los hábitats.

Según los análisis de fragmentación del paisaje realizado por la Fundación Ecotrópico Colombia, y en el contexto de todo el Darién colombiano, la cuenca del Río Tanelita presenta uno de los escenarios más favorables para la conservación, ya que aún mantiene un 67% de su cobertura vegetal original, un 17% en bosques secundarios o rastrojos y un 16% en pastizales. Es de destacar que la vecina república de Panamá tiene bajo la categoría de Parque Nacional Natural una zona fronteriza con Colombia de aproximadamente 597.000 hectáreas, la cual ha sido declarada por la UNESCO como sitio de Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera.

Los listados actualizados indican que Brasil junto con Colombia son poseedores de la mayor cantidad de especies de anfibios del planeta, en una "pugna" sana y leal en la que por momentos el uno o el otro país ostentan la delantera. Sin embargo, proporcionalmente, Colombia con sus 754 especies de anfibios más las descubiertas en esta expedición, posee más especies de anfibios por unidad de superficie que Brasil.